El suelo es el gran olvidado de la agronomía convencional. Observa la diferencia de riqueza entre un suelo convencional y uno orgánico
El suelo de nuestra huerta es el elemento central. Podemos conocer su composición con análisis como este (cromatografía de Pfaiffer) donde se separa en sus distintos componentes. Aquí vemos un suelo de agronomía tradicional (a) que solo conserva la parte mineral compactada, mientras que la agricultura orgánica (c) tiene un suelo aireado, rico en microorganismos activos y materia orgánica.